11 abril 2015

El riesgo de cáncer golpea más duro en bomberos




Habían pasado ocho meses desde que Travis Powell fue diagnosticado con leucemia linfática crónica, un cáncer a la sangre, cuando recibió una llamada. La mujer en el otro extremo de la línea le preguntó si estaba sentado. Después de meses de espera, a Powell se le dijo que los beneficios de compensación del trabajador habían sido aprobados. El mayor proveedor de seguros de compensación a los trabajadores en el estado había afirmado, fehacientemente, que el cáncer de Powell había sido causado por los casi 20 años que había pasado en la lucha contra incendios para los distritos de Sedona y Chino Valley. Su caso pone a rostro descubierto el descubrimiento de los vínculos entre los bomberos y el elevado riesgo de contraer cáncer. Un estudio de 2013 citado por el Centro para el Control de Enfermedades encontró que los bomberos tienen más probabilidades de desarrollar cánceres en las vías respiratorias, digestivas y del sistema urinario, que tenían además, altos índices de mesotelioma, un cáncer que afecta a los recubrimientos de los órganos, hasta dos veces mayor que la población general.

Los científicos explican que la causa es la permanente exposición de los bomberos a productos químicos cancerígenos liberados durante un incendio. Plásticos en llamas, recintos confinados y anóxicos, alfombras y otros materiales dentro de las casas emiten gases tóxicos a los que bomberos pueden quedar expuestos a medida que se lucha contra un incendio y en las labores posteriores de limpieza. Los incendios forestales también pueden liberar sustancias cancerígenas en el aire. "Sé que he expuesto mi cuerpo a cosas que no son propias de él", dijo Powell. "Estamos expuestos a mucho más que la persona promedio." Ha tomado años, pero los bomberos están haciendo cambios concretos para proteger a sus trabajadores de los riesgos de cáncer. Powell dijo que espera que su experiencia se traspase al resto de los bomberos y que sean conscientes de cuánto importan estas precauciones de seguridad.

Dedicación al trabajo 
Powell tuvo su primera experiencia contra el fuego como miembro de reserva del Distrito de Bomberos de Chino Valley en 1996 y luego comenzó a tiempo completo con Sedona Fire District en 2001. Desde entonces, ha trabajado en incendios estructurales y los incendios forestales a través de Arizona, así como en otros estados. Era octubre de 2012, cuando Powell empezó a sentir dolor en el pecho y el abdomen. Unos días más tarde, después de ver a un médico en su examen físico laboral anual, el hombre de 44 años de edad, fue diagnosticado con un tipo raro y agresivo de leucemia linfocítica crónica. Antes de eso, él tenía un certificado de buen estado de salud, por lo que "estaba claro" para conectar los puntos entre la enfermedad y los agentes cancerígenos a los que estaba expuesto a diario, dijo Powell. Pero la batalla más difícl para demostrar su cáncer, fue cuando fue a presentar su reclamo de beneficios de compensación al trabajador relacionado con su servicio. A pesar del hecho de que la leucemia de Powell, debido a sus circunstancias, debería haber sido considerada como presunto accidente laboral según las leyes de Arizona. Como Powell se sometió a quimioterapia intensa y regímenes de antibióticos, un pequeño grupo de sus compañeros de trabajo recogió datos de cada incendio en que Powell había trabajado, hablaron con los oncólogos e investigaron las posibles causas de su enfermedad. El grupo bajo una firme determinación obtuvo "resmas de datos", para mostrar una correlación entre el cáncer y la experiencia de la lucha contra incendios de Powell y con ello pudiera recibir los beneficios de compensación suplementarios del trabajador, información entregada por Buzz Lechowski, jefe de división del distrito de bomberos de Sedona. Cuando la compañía de seguros, Copper Point, aprobó el caso de Powell, se convirtió en el único bombero de Arizona que había sido aprobado por una enfermedad relacionada con el cáncer en al menos 10 años, dijo Rick DeGraw, vicepresidente ejecutivo de Copper Point. Los beneficios significan que, por ahora, Powell sigue recibiendo un cheque de pago y cubiertos sus gastos médicos mientras se recupera de su último tratamiento, un trasplante de médula ósea, en Scottsdale. Powell dijo que esperaba que su caso instalara un precedente que ayude a otros bomberos con cáncer para recibir aprobación en el futuro. Cientos de artículos de noticias están llenos de historias de bomberos con una enfermedad que les resulta casi imposible de optar a beneficios. 

Toxinas asesinas 
Cuando los bomberos se internan en un incendio o inician el combate durante una combustión lenta, las consecuencias son que no sólo respiran gases tóxicos de los restos quemados, sino que la piel también absorbe sustancias químicas del aire con más facilidad pasando a la circulación sanguínea, comienzan a sudar intensamente y sus poros se encuentran abiertos, explicó Robert Daniels, científico de la salud del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional. Las sustancias químicas cancerígenas también pueden permanecer en el aire después de que las llamas están extintas, momento más peligroso porque normalmente es el momento en que los bomberos tienden a quitarse su equipo de protección, Daniels aclaraba a través correo electrónico. Los bomberos hace una generación atrás no tenían idea acerca de los riesgos a los que se exponen más allá de los planteados por las propias llamas, dijo Bill Morse, Capitán del departamento de bomberos de Flagstaff. Casi nunca se lavaban el equipo de protección después de los incendios e incluso ponen la ropa impregnada de químicos tóxicos al lado de su cama en la noche. Los camiones diesel arrojan vapores cargados de benceno o monóxido, los que inundan muchas veces los garajes de los cuarteles, convirtiendo las paredes a negras, dijo Morse. El Departamento de Bomberos de Flagstaff ya poseía seis bomberos que habían muerto recientemente de cáncer pertenecientes a generaciones de 1985. "Estoy cansado de ir a funerales de compañeros que mueren de cáncer", dijo. De los 30 años que Morse ha estado con los bomberos de Flagstaff, últimamente se ha producido un aumento en la conciencia sobre el potencial de las causas de cáncer producto del trabajo bomberil y el correspondiente cambio en la cultura, la política y la tecnología para reducir esos riesgos, dijo. Muchos cambios han sucedido como: lavadoras químicas especiales para la eliminación de ollín desde el equipo de protección, nuevos sistemas de ventilación para los escapes de los carros en el cuartel ya han surgido en la última década, dijo.

Powell espera que su batalla contra el cáncer convencerá a los bomberos a ser diligentes en sus propias medidas de seguridad. Por ejemplo ducharse, ocupar ropa limpia o nueva y lavar su ropa de protección después de cada incendio es crucial para minimizar la exposición a tóxicos, dijo. Exámenes físicos anuales para los empleados y la documentación apropiada por compañías o cuerpos de bomberos son también prácticas urgentísimas, dijo. "Ya trabajamos en tareas altamente peligrosas", dijo Powell. "Tenemos que ser conscientes del hecho que no somos invencibles." 

Fuente: http://todobomberos.blogspot.mx/2015/02/el-riesgo-de-cancer-golpea-mas-duro-en.html
Artículo original en inglés: http://azdailysun.com/news/local/cancer-risk-hits-firefighters-harder/article_e550e6f8-30fe-5288-b1c4-2d1563c5c2fc.html

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