25 noviembre 2019

Exposición a riesgos electricos


Bomberos expuestos a riesgos eléctricos durante operaciones de extinción de incendios en terrenos sin cultivar

Descripción del RIESGO
Los riesgos eléctricos se cuentan entre los diversos riesgos que deben enfrentar los bomberos durante las actividades de supresión de incendios en terrenos sin cultivar. La Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA, por sus siglas en inglés) informa que 10 bomberos murieron debido al contacto con la electricidad durante incendios de terrenos sin cultivar entre 1980 y 1999 (esta cifra no incluye las descargas eléctricas atmosféricas) [NFPA 2001]. Como parte del Programa de Investigación y Prevención de Muertes de Bomberos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacionales (NIOSH, por sus siglas en inglés), NIOSH investigó dos siniestros separados en 1999 en los que los bomberos murieron o sufrieron lesiones graves debidas a la exposición a la electricidad mientras combatían incendios en terrenos sin cultivar [NIOSH 1999a,b].
Los bomberos que realizan operaciones de combate de incendios en terrenos cerca de líneas de alto voltaje derribadas pueden estar expuestos a los peligros de choques eléctricos por los siguientes medios [NWCG 1998; IFSTA 1998b]:
·        Corrientes eléctricas que circulan por el suelo y que se extienden a varios pies de distancia (gradiente de terrenos)
·        Contacto con líneas de alto voltaje derribadas que todavía están energizadas
·        Líneas de alto voltaje que caen y energizan equipos y materiales conductores localizados en el área donde se presenta el incendio
·        Humo que se carga y que sirve de conductor para la energía eléctrica
·        Aplicaciones de chorros de agua compactos sobre líneas de alto voltaje derribadas o equipos energizados, o alrededor de los mismos

Estudio de casos
Caso 1
El 23 de junio de 1999, un voluntario de 20 años de edad fue electrocutado mientras combatía un incendio de césped [NIOSH 1999a]. El bombero voluntario formaba parte de una cuadrilla enviada a combatir un incendio de césped en el que se había informado que había una línea de alta tensión derribada. A su llegada, el bombero voluntario ayudó al jefe adjunto y a un bombero paramédico a extinguir el incendio por el costado oriental. Luego caminó hacia una pila humeante de matorrales cerca de la línea de alta potencia derribada. Mientras tiraba una línea cargada de 25 milímetros (1 pulgada) sobre el terreno desigual, aparentemente se tropezó y cayó sobre la línea de alto voltaje derribada de 6,700 voltios. Otros bomberos presentes en el sitio del incendio emplearon una herramienta no conductora para extraer la línea de debajo de la víctima. Fue transladado a la calle, recibió resucitación cardiopulmonar (CPR, por sus siglas en inglés) y luego fue llevado al hospital local, donde se le declaró muerto.
Caso 2
El 4 de octubre de 1999, un bombero voluntario de 20 años de edad fue electrocutado y otros dos bomberos sufrieron lesiones cuando entraron en contacto con una cerca eléctrica energizada mientras combatían un incendio de césped [NIOSH 1999b]. La Oficina de Despacho Central notificó al departamento de bomberos de un incendio que había comenzado cuando una línea de alto voltaje derribada prendió fuego al césped circundante. El jefe llegó primero, seguido por la máquina 1 y dos bomberos. El jefe indicó a la Oficina de Despacho Central y a los bomberos que respondieron a la llamada que la cerca eléctrica que rodeaba el área estaba energizada por la línea de alto voltaje derribada. El conductor de la máquina 1 y los tres bomberos se arrastraron por debajo de la parte inferior del alambrado de la cerca eléctrica. Se colocaron aproximadamente a 15 metros (50 pies) de la línea de alto voltaje derribada y atacaron el incendio principal. Después de extinguir el incendio, los tres bomberos se arrastraron por debajo de la cerca por segunda vez. Los dos bomberos sobrevivientes no recuerdan el suceso de la lesión. Sin embargo, se cree que cuando uno de los sobrevivientes estaba arrastrándose sobre la espalda por debajo de la cerca eléctrica, un gancho de su chaquetón pudo haber entrado en contacto con un alambre en la parte inferior de la cerca. Se cree que los otros dos bomberos sufrieron una sacudida mientras trataban de ayudar al bombero que estaba todavía energizado. Los tres fueron retirados del área energizada, y se les administraron los procedimientos básicos de primeros auxilios hasta que llegó la ambulancia. Uno de los lesionados fue transportado por helicóptero a un hospital del área, y otro fue transportado por ambulancia al hospital local y posteriormente a la unidad de quemaduras de un hospital del área. El tercer bombero fue declarado muerto a su llegada a un hospital local.
Recomendaciones para la prevención
A fin de reducir al mínimo el riesgo de electrocución, choque eléctrico y quemaduras relacionadas con la electricidad mientras se combaten incendios en terrenos sin cultivar, NIOSH recomienda que los departamentos de bomberos y los bomberos observen las siguientes precauciones [IFSTA 1998a,b; NWCG 1998; NFPA 1997; 29 CFR* 1910.332(b); 29 CFR 1910.335(b); Brunacini 1985]:
Los departamentos de bomberos deben hacer lo siguiente:
·        Mantener los bomberos a una distancia mínima de las líneas de alto voltaje derribadas hasta que se desconecte la energía de la línea. Esta distancia mínima debe ser igual a la distancia entre dos postes.
·        Asegurar que el comandante de operaciones transmita decisiones estratégicas relacionadas con la ubicación de la línea de alto voltaje a todas las cuadrillas de supresión en el sitio donde ocurre el incendio y que reevalúe constantemente las condiciones del incendio.
·        Establecer, implementar y hacer cumplir los procedimientos operativos estándares (SOPs, por sus siglas en inglés) relacionados con la seguridad de los bomberos cuando trabajan cerca de líneas de alto voltaje derribadas o de equipos energizados. Por ejemplo, asignar a una de las personas que trabajan en el lugar donde se presenta el incendio para que sirva de anunciador a fin de asegurar que se comunique la ubicación de la línea de alto voltaje derribada a todo el personal presente en el lugar del incendio.
·        No aplicar chorros de agua compactos sobre equipos o líneas de alto voltaje que están derribados y que continúan energizados, o alrededor de los mismos.
·        Asegurar que se usen resguardos de protección, barreras o técnicas para alertar a otros a fin de proteger a los bomberos de los riesgos eléctricos y de las áreas energizadas. Por ejemplo, rodee el área energizada con cordeles.
·        Adiestre a los bomberos en prácticas de trabajo relacionadas con la seguridad cuando trabajen alrededor de la energía eléctrica. Por ejemplo, trate todas las líneas de alto voltaje derribadas como si estuvieran energizadas y haga que los bomberos estén al tanto de los riesgos relacionados con los gradientes de terreno.
·        Asegurar que los bomberos estén equipados con el equipo protector personal adecuado (vestimentas Nomex® que cumplan con la norma 1500 de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, NFPA por sus siglas en inglés [NFPA 1997], botas y guantes de cuero, etc.) y que se mantengan en buenas condiciones.
·        Asegurar que el personal debidamente adiestrado y calificado use guantes de caucho y sobrebotas y herramientas dieléctricas (barras y cortadores de cable aislantes) para manejar equipos energizados.
Los bomberos deben hacer lo siguiente:
·        Suponer que todas las líneas de alto voltaje están energizadas y llamar al proveedor de electricidad para que desconecte la energía de la línea o líneas.
·        Vestir el equipo protector personal adecuado para la tarea a acometerse; es decir, vestimentas Nomex® que cumplan con la norma 1500 de la NFPA, guantes de caucho y sobrebotas y herramientas dieléctricas (barras y cortadores de cables aislantes).
·        No permanecer ni trabajar en áreas en las que haya humo denso. El humo denso puede oscurecer las líneas de tendido eléctrico o el equipo energizados y puede cargarse y conducir la energía eléctrica.
* Código de Disposiciones Federales. Véase CFR en las referencias.
Reconocimientos
Los principales contribuyentes a esta publicación fueron Kimberly L. Cortez y Thomas P. Mezzanotte de NIOSH. La revisión externa estuvo a cargo de Dick Mangan, del Servicio Forestal de los Estados Unidos (U.S. Forest Service); Rita Fahy, de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (National Fire Protection Association); Heather Schafer, del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios (National Volunteer Fire Council); Michael Korns, de Allegheny Power.

Referencias
Brunacini AV [1985]. Fire command. Quincy, MA: National Fire Protection Association.
CFR. Code of Federal regulations. Washington, DC: U.S. Government Printing Office, Office of the Federal Register.
IFSTA (International Fire Service Training Association) [1998a]. Essentials of fire fighting. 4th ed. Stillwater, OK: Oklahoma State University, Fire Protection Publications.
IFSTA (International Fire Service Training Association) [1998b]. Fundamentals of wildland fire fighting. 3rd ed. Stillwater, OK: Oklahoma State University, Fire Protection Publications.
NFPA [1997]. NFPA 1500, standard on fire department occupational safety and health program. Quincy, MA: National Fire Protection Association.
NFPA [2001]. Fire fighter fatalities data base, 1980 to 1999: Electrical hazards during wildfire suppression activities, 1980–1999. Quincy, MA: National Fire Protection Association.
NIOSH [1999a]. Volunteer fire fighter is electrocuted while fighting a grass fire—California. Cincinnati, OH: U.S. Department of Health and Human Services, Public Health Service, Centers for Disease Control and Prevention, National Institute for Occupational Safety and Health, DHHS (NIOSH) Publication No. 99F–26.
NIOSH [1999b]. Downed power line claims the life of one volunteer fire fighter and critically injures two fellow fire fighters—Missouri. Cincinnati, OH: U.S. Department of Health and Human Services, Public Health Service, Centers for Disease Control and Prevention, National Institute for Occupational Safety and Health, DHHS (NIOSH) Publication No. 99F–37.
NWCG (National Wildfire Coordinating Group) [1998]. NWCG fireline handbook 3. Boise, ID: National Wildfire Coordinating Group.

Las inmersiones de adiestramiento presentan peligros graves para los bomberos


Atención buceadores: las inmersiones de adiestramiento presentan peligros graves para los bomberos
DHHS (NIOSH) publicación N.º 2004-152

Resumen
Los bomberos que participan en inmersiones de adiestramiento están en riesgo de sufrir daños en los pulmones, enfermarse o ahogarse. NIOSH investigó los accidentes mortales que han sucedido durante estos ejercicios de adiestramiento y ha redactado recomendaciones para disminuir estos riesgos.
Descripción de los riesgos
Los bomberos pueden ser llamados a realizar acciones de buceo de seguridad pública, incluso búsquedas y rescate y misiones de recuperación. Los departamentos de bomberos que adiestran a los bomberos para operaciones submarinas deben de tener en cuenta que las inmersiones de adiestramiento pueden ser peligrosas. Entre los peligros de las inmersiones están enredarse en algo, quedarse sin aire, lesiones por sobre-expansión pulmonar, ataques de pánico y síndrome de descompresión.
Enredarse en cuerdas o plantas acuáticas es un riesgo extremadamente grave que puede impedir que los buceadores regresen a la superficie [Hendrick et al. 2000].
La sobre-expansión pulmonar sucede más comúnmente cuando los buceadores entran en pánico y realizan un ascenso rápido mientras sostienen la respiración. Ninguna sensación de incomodidad sirve de aviso para indicar que la sobre-expansión está a punto de suceder [NAUI 2000]. Es posible que los buceadores novicios sostengan la respiración cuando están aprendiendo a usar el equipo de buceo [PADI 1990]. La sobre-expansión pulmonar puede resultar en barotraumas pulmonares que causan daños serios a los pulmones, incluso el colapso [Bookspan 1995], aun al efectuar el ascenso desde profundidades relativamente someras y al hacer inmersiones relativamente cortas.
Los ataques de pánico al bucear pueden ser provocados por situaciones como enredarse en algo, quedarse sin aire o por motivos desconocidos. Los ataques de pánico se presentan tanto en los buceadores veteranos como en los novicios. Se debe dar atención adecuada a los ataques de pánico y ansiedad durante las sesiones de adiestramiento para buceadores. Más de la mitad de los buceadores experimentados encuestados dicen tener episodios de pánico mientras bucean [Morgan 1995].
El síndrome de descompresión, conocido internacionalmente como "the bends", se presenta después de pasar extensos períodos de tiempo en profundidades seguidos de un ascenso rápido, impidiendo de esta manera que el gas nitrógeno acumulado en los tejidos del buceador se disipe de la manera correcta. Los síntomas del síndrome de descompresión pueden abarcar desde erupciones en la piel, fatiga extrema, tos, y dolor en las articulaciones hasta parálisis y pérdida del conocimiento [NAUI 2000].

Estudios de casos
Caso 1
El 15 de julio de 1999, un bombero de 25 años que era también paramédico y buceador de rescate profesional pereció ahogado durante un ejercicio de adiestramiento de búsqueda circular en un lago [NIOSH 1999]. Con el propósito de servir de pivote (pivot diver), la víctima descendió y se mantuvo en un sitio fijo mientras extendía la longitud de una cuerda a otro buceador (pattern diver), quien nadaba siguiendo un patrón de búsqueda circular. Este buceador hacía círculos cada vez más grandes alrededor del primer buceador mientras sostenía la cuerda.
Aproximadamente 2 minutos después de entrar la víctima en el agua, emergió la bolsa en que llevaba la cuerda. Cuando el buceador que nadaba en círculos emergió, el jefe de buceadores le pidió que sacara a la víctima pero no tuvo éxito. El piloto de la embarcación envió un mensaje de socorro por radio. Se inició una búsqueda de rescate, se encontró a la víctima y se la trajo a la superficie. La víctima no tenía el regulador de aire en la boca, se encontraba cianótica y no respondía. La víctima fue transportada por helicóptero a un centro regional de traumas donde se le declaró muerto. Se declaró como causa de la muerte el ahogamiento.

Caso 2
El 13 de agosto de 2000, un bombero de 28 años de edad que era también buceador profesional perdió la vida durante un ejercicio de capacitación en operaciones de búsqueda y rescate en un lago [NIOSH 2000]. Durante el ejercicio, se utilizó un patrón de búsqueda circular desde una línea de boyas. El compañero de la víctima perdió la línea de búsqueda y quedó separado de la víctima. El compañero estaba equipado con un regulador convencional y no tenía comunicación electrónica con los otros buceadores.
Otro buceador vio que la víctima se encontraba angustiada, que gritaba desesperadamente, que se movía mucho y que le tumbó la careta a otro buceador. La víctima, que se encontraba enredada en la línea de boyas, fue arrastrada a la superficie por la línea de boyas. La víctima recibió asistencia médica y fue transportada luego por helicóptero a un centro de traumas cercano donde se le declaró muerto. Se declaró como causa de la muerte el barotrauma pulmonar.
 
Controles
Para reducir al mínimo el riesgo cuando se participa en inmersiones de adiestramiento, NIOSH recomienda que los departamentos de bomberos y los bomberos tomen las siguientes precauciones:
Los departamentos de bomberos deben hacer lo siguiente:
·        Establecer, poner en práctica, y hacer cumplir procedimientos operativos estándares (SOPs, por sus siglas en inglés) relacionados con la capacitación de buceadores.
·        Asegurar que los buceadores mantengan comunicaciones positivas entre ellos y con el personal que permanece en la superficie.
·        Establecer una lista de verificación que se use antes de cada inmersión en cualquier situación de buceo, que incluya la capacitación de los buceadores, la función de los equipos y la experiencia de los buceadores, y que corresponda a la dificultad de la inmersión que desea realizar.
·        Asegurar de que los buceadores de respaldo estén capacitados para realizar operaciones de rescate de otros buceadores que puedan encontrarse en situaciones de peligro.
·        Asegurar que un buceador de apoyo experimentado y un buceador que esté listo en un noventa por ciento estén en condiciones de prestar ayuda.
·        Proporcionar cursos de repaso a los buceadores sobre los peligros y medidas de prevención de lesiones por sobre-expansión pulmonar, quedar enredado, descompresión y ataques de pánico.
·        Realizar los ejercicios de capacitación en un ambiente cerrado, como una piscina, antes de intentar hacerlo en aguas abiertas.
·        Obtener y actualizar anualmente evaluaciones de aptitud médica que sean adecuadas para buceadores.
·        Asegurar de que se inspeccionen los equipos periodicamente de acuerdo a un programa y que se repare el equipo defectuoso o se reemplace antes de que se lleve a cabo una inmersión.
·        Suministrar a los buceadores una fuente de aire alternativa de reserva como, por ejemplo, un tanque pony.
·        Asegurarse de que los instructores y buceadores cuenten con la certificación de una organización nacional reconocida para bucear, para realizar inmersiones de capacitación y operaciones de rescate.
·        Asegúrese de que una unidad médica esté en el sitio con oxígeno en caso de una emergencia.
·        Asegurarse de que las personas que coordinan la inmersión estén informadas sobre el índice de consumo de aire de cada buceador.
Los bomberos / buceadores deben hacer lo siguiente:
·        Seguir todos los procedimientos operativos estándares (SOPs).
·        Mantener contacto continuo, visual, verbal o físico con su compañero de buceo.
·        Inspeccionar el equipo antes de cada inmersión. Las inspecciones del equipo deben ser verificadas por el coordinador de la inmersión.
·        Asegurarse de que los grupos de búsqueda submarina operan individualmente para evitar enredos de cuerdas.
·        Monitorizar con regularidad el consumo de aire de estos grupos.
·        Tratar de realizar por lo menos 12 inmersiones al año a fin de mantener la destreza.
Reconocimientos
Los principales colaboradores de esta publicación fueron Jay L. Tarley, Edward L. Husting, and Steven L. Proudfoot, División de Investigaciones de Seguridad, NIOSH.
Referencias (en inglés)
Bookspan J [1995]. Diving physiology in plain English. Kensington, MD: Undersea and Hyperbaric Medical Society, Inc.
Hendrick W, Zaferes A, Nelson C [2000]. Public safety diving. Saddle Brook, NJ: Fire Engineering Books and Videos.
Morgan WP [1995]. Anxiety and panic in recreational scuba divers. Sports Med 20(6):398–421.
PADI [1990]. PADI open water diver manual. Santa Ana, CA: Professional Association of Diving Instructors.
NAUI [2000]. NAUI scuba diver manual. Tampa, FL: National Association of Underwater Instructors.
NIOSH [1999]. Fire fighter/paramedic drowns during an underwater SCUBA training drill—Missouri. Cincinnati, OH: U.S. Department of Health and Human Services, Centers for Disease Control and Prevention, National Institute for Occupational Safety and Health, DHHS (NIOSH) Publication No. 99F–29.
NIOSH [2000]. Fire fighter/SCUBA diver dies during training evolution—Indiana. Cincinnati, OH: U.S. Department of Health and Human Services, Centers for Disease Control and Prevention, National Institute for Occupational Safety and Health, DHHS (NIOSH) Publication No. F2000–38.
Additional resources regarding scuba diving include the following:
NFPA 1670—Standard on operations and training for technical rescue incidents.
NFPA 1006—Standard for rescue technician professional qualifications.
Para más información
La información que aparece en este documento se basa en investigaciones de casos mortales, en la literatura y en los análisis de expertos. En la dirección electrónica www.cdc.gov/niosh/fire/ se encuentra disponible más información sobre el Programa de Investigación y Prevención de Accidentes Mortales de Bomberos Fire Fighter Fatality Investigation and Prevention Program.
Comuníquese con la organización Divers Alert Network, o DAN, por sus siglas en inglés, al (919) 684–8111 en caso de una emergencia relacionada con buceo o para preguntas relacionadas con una lesión de buceo.
Este documento es del dominio público y puede ser copiado y reproducido libremente. NIOSH invita a todos los lectores de los documentos "Soluciones en la obra" a ponerlos a disposición de todos los empleadores y obreros interesados.
Como parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, NIOSH es una agencia federal encargada de realizar investigaciones y hacer recomendaciones a fin de prevenir enfermedades y lesiones relacionadas con el trabajo. Todas las soluciones que aparecen en "Soluciones en la obra" se basan en estudios de investigación que muestran cómo puede reducirse en gran medida la exposición de los trabajadores a agentes o actividades peligrosas.

Cáncer: el riesgo invisible al que se enfrentan los bomberos


Un bombero forestal trabaja en un incendio en Parada do Sil (Ourense), la semana pasada. 


OSCAR CORRAL EL PAÍS

Cáncer: el riesgo invisible al que se enfrentan los bomberos

Las sustancias nocivas de un incendio entran en el organismo por vía respiratoria y cutánea

El primer riesgo que puede sufrir cualquier persona en un incendio es el de quemarse. Sin embargo, para los bomberos no es el único: apagar fuegos con frecuencia aumenta notablemente su exposición a cancerígenos, aunque la descontaminación inmediata de la piel después de sofocar un incendio es una forma de reducir su exposición a las sustancias que potencialmente causan cáncer. Así lo concluye un estudio de la Universidad de Ottawa publicado en la revista Environmental Science & Technology de la Sociedad Química Estadounidense (ACS, por sus siglas. Pocas investigaciones han analizado antes en incendios reales en qué medida apagar fuegos aumenta la exposición de los bomberos a sustancias nocivas. Cuando la madera, el plástico o los objetos electrónicos se queman, liberan materias dañinas en el aire. Por ejemplo, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, que pueden provocar desde efectos agudos en diferentes órganos, como la simple irritación del tracto respiratorio, la piel, la mucosa ocular o nasal, a efectos crónicos carcinogénicos. Además, fuentes del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses señalan que quienes están expuestos a estas sustancias podrían desarrollar cáncer de piel, vejiga, pulmón o diferentes tipos de tumores cerebrales).

Estos elementos pueden entrar en el organismo tanto por vía respiratoria como por vía cutánea. Por ello, los científicos recolectaron muestras de la orina, la ropa y la piel de 27 bomberos de Ottawa (Canadá) antes y después de que sofocaran fuegos entre 2015 y 2016. Los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos en la orina de los participantes fueron de 3 a 5 veces mayores después de sofocar los incendios. Además, el potencial de mutagenicidad urinaria, un indicador de la posibilidad de producir mutaciones genéticas, aumentó cuatro veces.

Los científicos encontraron un vínculo entre los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos en la orina y en la piel de los bomberos: “Hay una relación importante entre los niveles en la orina y los niveles en la piel, lo que nos lleva a pensar que el contacto dermal es una ruta importante de exposición”, señala el autor del estudio Jennifer Keir. Por ello, los científicos proponen que los bomberos usen toallitas para limpiarse la piel y se den un baño después del incendio, y señalan que hacen falta estudios para determinar cómo de efectivas son estas medidas.

Este no es el único estudio que analiza el efecto de las sustancias nocivas de los fuegos. Ya en 2013, el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos, basándose en un estudio a 30.000 profesionales, advirtió de que los bomberos tenían un mayor riesgo a desarrollar distintos tipos de cáncer que el resto de la población.

Sin embargo, no son los únicos que se exponen a sustancias cancerígenas. Los incendios forestales pueden generar este tipo de compuestos, aunque para la población humana general resultan mucho más relevantes las calefacciones domésticas, el tráfico intenso de vehículos, las plantas industriales que hagan combustionar derivados del petróleo y carbón, el tabaco o el consumo excesivo de alimentos tostados.

La concientización, importante

Bomberos de algunos países como los nórdicos ya han propuesto que después de un incendio se haga una descontaminación inmediata de las prendas que han estado expuestas al humo. José Luis Lejido, secretario general de la asociación española de lucha contra el fuego y oficial de bomberos del Ayuntamiento de Madrid, señala que en España se está intentando concienciar a los bomberos de que consideren ese riesgo. "En Madrid cada vez que hay un fuego de grandes proporciones, a nivel sindical se está presionando para que haya unos equipos de reposición", señala. Sin embargo admite que sería inviable hacer esto con todos los incendios ya que un parque como el suyo puede llegar a tener seis siniestros al día: "Hay que valorar cada situación".

Lejido reconoce que se ha mejorado mucho en términos de seguridad respecto a bomberos que ahora tienen cáncer y empezaron la profesión cuando no había esos equipos de protección autónoma. Además, los protocolos de actuación han cambiado: "Ahora se recomienda que aunque el fuego esté apagado, se mantenga la protección respiratoria mientras se hagan labores dentro de esta atmósfera, ya que aunque no haya llamas, hay partículas nocivas en suspensión que se introducen en el organismo de los bomberos".
Marina Pollán, doctora del Instituto de Salud Carlos III, señala que la clave está en determinar en qué medida la exposición intensa o puntual es suficiente para aumentar el riesgo de sufrir cáncer. Por ejemplo, un estudio publicado en 2016 que combina información de investigaciones en Europa, Canadá, Nueva Zelanda y China no encontró un exceso de cáncer de pulmón en los bomberos que no fumaban, pese a que, según señala Pollán, este es "el primer órgano en el que impactaría la exposición ya que su superficie de contacto con el aire es muy amplia".

Fuentes del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses sostienen que la identificación de sustancias profesionales que pueden inducir cáncer en humanos no es tarea fácil, puesto que en la mayoría de las ocasiones pueden aparecer años después del inicio de la exposición. Además no se puede atribuir la relación causa efecto: "Hay que tener en cuenta la influencia de otros factores no profesionales, como la herencia, factores individuales, patologías previas, tabaquismo…", señalan.


Álvaro Fernández K. – B61

06 septiembre 2018

Habrá nuevo director de bomberos

Ana Guizar
La Paz, Baja California Sur.- Los regidores electos Pavel Castro Ríos y Cecilia Higuera Murillo dieron a conocer la convocatoria de consulta para elegir al próximo director del Cuerpo de Bomberos de esta ciudad capital para el periodo 2018-2021.

Durante la rueda de prensa, Castro Ríos señaló que con el propósito de reconocer los trabajos de esta corporación el nuevo Gobierno Municipal electo, en apego a la cuarta transformación que está viviendo el país, abre la oportunidad para que los miembros activos del Cuerpo de Bomberos elijan a quien deberá encabezar los esfuerzos que en conjunto llevan a cabo en beneficio de la ciudadanía.

El regidor explicó que la asamblea consultiva se llevará a cabo el próximo domingo 9 de septiembre, misma que iniciará en punto de las 10 de la mañana con el registro de los aspirantes y, posterior a ello, dará inicio la asamblea electiva en la sala de conferencias del H. Cuerpo de Bomberos.
https://www.elsudcaliforniano.com.mx/municipios/habra-nuevo-director-de-bomberos

09 enero 2018

Rollover, flashover y backdraft: La importancia del uso correcto de la terminología


 ¿Porqué se suelen denominar a los contenedores de prácticas contenedor de flashover?, si atendemos a la definición ISO o a la de la NFPA un flashover es un fenómeno de transición en un incendio confinado en el que los combustibles que no estaban implicados en el incendio comienzan a arder por efecto de la radiación proveniente de la capa de gases. Sin embargo, los ejercicios más habituales en los contenedores de prácticas se basan en observar la formación de rollover y en el control de la capa de gases y no de que se produzca un flashover en el interior ya que lo normal es que no haya más combustible que el colocado en el horno y que es el que participa en el fuego (salvo los participantes y sus equipos, claro).

Colocar una masa combustible (una mesita de noche por ejemplo) en el contenedor buscando su ignición por la radiación de la capa de gases con personal en el interior podría suponer graves lesiones para los participantes ya que la radiación se multiplicaría con un nuevo foco a tan corta distancia a niveles superiores a las que son capaces de soportar los EPP convencionales.

Bajo esta perspectiva ¿Podemos considerar adecuada la denominación contenedor de flashover cuando este fenómeno no suele observarse en las prácticas en estas instalaciones?

Por otro lado, es común encontrar en temarios y manuales referencias a la clasificación que hicieron Giselson y Rosander que englobaban una serie de fenómenos observados en la capa de gases generados en incendios confinados bajo variantes de flashover. Sin embargo, hace más de diez años que esta terminología ha sido abandonada en las escuelas de formación de bomberos suecas en favor de la terminología ISO, por lo que no parece tener demasiado sentido que se siga estudiando y preguntando.

En este artículo, publicado en el número 52 de la revista Prevención de incendios se revisa la terminología empleada actualmente y la incorporación de nuevas definiciones como Rapid Fire Progress y Fire Gas Ignition y su justificación.

Fuente:

Puedes acceder a la versión on line aquí:

Alvaro Fernández K.- B61



08 enero 2018

Los bomberos son los profesionales con las tasas más altas de melanoma

Los bomberos son los profesionales con las tasas más altas de melanoma

El porcentaje de bomberos afectados por melanoma es diez veces mayor que el de la población general.

Los bomberos son los profesionales con las tasas más altas de melanoma según la Universidad de Miami. Superan de largo las probabilidades que tiene una persona de padecer este tipo de cáncer. Cualquier ciudadano tiene un 0,01 por ciento de posibilidades de desarrollar melanoma, pero los bomberos tienen un 0,7 por ciento.

“Hay sustancias químicas en el ambiente de trabajo que, cuando los bomberos entran en contacto con ellas, aumenta el riesgo de que desarrollen específicos cánceres de piel", ha explicado Alberto Caban-Martínez, autor principal del estudio.

Los especialistas contaron para su estudio con 2.399 bomberos, de entre los cuales se contabilizaron 119 casos de cáncer de piel. En el caso concreto del melanoma, la edad media de los afectados en el tiempo del diagnóstico era de 42 años.

Caban-Martínez ha destacado que, tras los resultados de la investigación, es conveniente que se lleven a cabo revisiones periódicas de la piel de los bomberos: "Si el médico primario tiene un paciente que es bombero, los resultados sugieren que el experto realice un reconocimiento completo de la piel del paciente y le informe de la protección contra el cáncer de piel".




Recuerda, la prevención comienza en estar concienciado. Exige medidas de prevención en tu Servicio.


Fuente: redaccionmedica.com 


https://www.redaccionmedica.com/secciones/dermatologia/-que-profesion-tiene-mas-probabilidad-de-desarrollar-cancer-de-piel--9563 

05 enero 2018

Método de cálculo de presión y rpm


MÉTODO ABREVIADO 

El método matemático convencional es absolutamente inoperativo para nosotros, de manera que necesitamos una alternativa que nos permita aproximarnos con seguridad a esos cálculos y  que, a su vez, nos sea útil en una intervención.

Nosotros sabemos que las lanzas convencionales necesitan 7 bar en lanza para garantizar los caudales que marcan los selectores y que vamos a perder 1 bar de presión por cada 10 m de altura. Así que vamos a contar con, al menos, esa presión a la hora de hacer todos los cálculos.

Si queremos trazar la curva de la instalación para los cuatro caudales más habituales en nuestras lanzas (50, 100, 150 y 230 lpm) y para nuestra bomba y una instalación concreta, haremos lo siguiente:

Imaginemos que tenemos un incendio en una vivienda en un 10º piso. Y se hace una instalación de 25 mm con 7 mangueras.

Para calcular la pérdida de carga y las necesidades de presión utilizamos el método de la mano que ya expuse en otra entrada (exclusivo para mangueras de 25 mm):



Con lo cual obtenemos los siguientes cálculos:

Para 50 lpm = 7 x 0,5 + 3 + 7 = 13,5 bar
Para 100 lpm = 7 x 1 + 3 + 7 = 17 bar
Para 150 lpm = 7 x 1,5 + 3 + 7 = 20.5 bar
Para 230 lpm = 7 x 4 + 3 + 7 = 38 bar
Anotamos esos cálculos y miramos la curva de nuestra bomba, que normalmente debe ir en la trasera de nuestro vehículo, en el cofre de la propia bomba. Ahí podremos ver las rpm que según fabricante son necesarias para que la instalación proyecte los requerimientos operativos de caudal que demande el operador de lanza a nuestra instalación, en cuanto a necesidades de velocidad del agua y sección de salida generada por la posición del selector caudal escogido.


Si vemos la gráfica de una de las bombas más comunes, la NH30 de Rosenbauer, podemos ver que para caudales de 150 lpm o menos, la bomba se va a situar por debajo de las 3.200 rpm. Sin embargo, para proporcionarnos 38 bar con el caudal que necesitamos, se nos va a ir a unas 3.800 rpm.



Como vemos en la curva de esta bomba. Con 4.200 rpm si tenemos las salidas cerradas sabemos que la bomba se sitúa en los 50 bar de presión estática. Si mantenemos esas 4.200 rpm, pero abrimos una lanza con el selector de caudal en 100 lpm, la presión va a bajar a unos 48 bar. Si abrimos una lanza con 400 lpm vemos que la presión va a descender hasta los 40 bar. Lo mismo ocurre con las 3.200 rpm. Si bien la presión estática se va a situar en los 32 bar, si abrimos un caudal de 400 lpm la presión va a descender hasta los 25 bar. Siendo ese el máximo caudal que va a proporcionar la etapa de alta de esta bomba (existe otra gráfica para la etapa de baja, cuyo máximo caudal son los 3.000 lpm).

En nuestro caso, como sabemos que necesitamos 38 bar y 230 lpm,, podemos ver que más o menos las rpm que se nos va a solicitar se sitúan entre ambas, y van a ser unas 3.800.

En cuanto a los cálculos del método de la mano son bastante aproximados (comprobados mediante la fórmula de Darcy Weisbach), así que podemos darlo por válido dada su operatividad.

¿Para qué puede servirnos este método?

Si, por alguna razón, carecemos de manómetro de alta y disponemos de cuenta revoluciones, podemos saber cuáles son necesarias para garantizar el caudal en punta de lanza.

Si disponemos de manómetro usaremos el método de la mano directamente con él. Si carecemos de manómetro, usaremos el método de la mano y con la curva de la bomba podremos ver cuántas rpm necesitamos aproximadamente para garantizar a los compañeros un caudal óptimo.